José Antonio Gutiérrez nos presentó EL LOBO ESTEPARIO, obra maestra de Herman Hesse, que hace patente la intención de iluminar la zona oscura de la condición humana a fin de poner al descubierto su carga trágica y su incierto destino.
Ser solitario e incomunicado, extraño y extrañado, Harry Haller, protagonista de esta emblemática novela, ha acabado convirtiéndose en un arquetipo literario en el que se reconocen quienes padecen los devastadores efectos deshumanizadores de una sociedad insolidaria y dividida.
Una de las soluciones que aporta es la idea de que sólo la educación le permitirá mirar hacia una dimensión más sagrada o divina. Cuando el ser humano sea capaz de combinar su naturaleza humana y divina, podrá aprender de sus momentos de gloria.