Antonio Martínez comenzó la charla presentándonos a Giordano Bruno como precursor de la ciencia del primer milenio. Este gran filósofo, fue un eslabón de la cadena de la sabiduría atemporal,
porque supo transmitir los principios universales de todos los tiempos. Trató de restaurar la filosofía oculta en la Edad Media, intentando devolver este conocimiento a la humanidad de su tiempo, tan esclava del fanatismo y de la ignorancia imperante. Bruno nos habla en su obra de la necesidad de conjuntar la filosofía con la ciencia para dar una visión más coherente del mundo y del hombre. Nos habla de la causa primera como principio absoluto; lo Uno, del cual emana todo en sus diferentes planos de existencia hasta llegar al material, para retornar hacia lo Uno, después de asimilar las experiencia en cada uno de los planos de la manifestación.
Para Bruno la filosofía era vida, porque es conciencia despierta, cuando la sabiduría ha despertado dentro de nosotros. Cuando conseguimos esto, nuestros actos hacia el exterior cambian para mejor, transformándonos a nosotros mismos y a nuestro mundo.