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Federico García Lorca es considerado por méritos sobrados el más universal de los líricos contemporáneos españoles. Es vanguardia y resumen de toda una época y mártir como tantos otros de la intolerancia de los culpables de una guerra cruel entre españoles que nunca debió haberse producido.

Fue una persona libre, amante de su tierra y de sus congéneres, del que cuentan que su delito más vil fue renegar de una burguesía indolente y caduca y sentir el padecimiento de un país ahogado y exprimido por el caciquismo y las oligarquías ancestrales, que le llevaron a apoyar manifiestos solidarios. Fue en definitiva, víctima de su tiempo, del desenfreno cainita de una minoría atemorizadora que le demonizó por sus simpatías hacia la segunda República y por sus inclinaciones personales. 


Federico, como cariñosa y popularmente se le llama por los granadinos, nació en fuentevaqueros el día 5 de junio de 1898, en el seno de una acomodada familia dedicada principalmente a la producción de sus tierras y de no pocos intereses industriales relacionados con la producción de la remolacha de azúcar. Sus primeros estudios los hace en Almería, en el Colegio de Jesús, donde fue a prepararse del ingreso en el Bachillerato que luego iniciaría en Granada en 1908, año en que la familia se traslada de Valderrubio –pedanía cercana a fuentevaqueros donde habitaban, llamada por entonces Asquerosa aunque a Lorca le gustaba llamarla “Arquerosa” en atención a unos pretendidos orígenes hispano romanos- a Granada. Por expreso deseo de sus padres, Federico García Rodríguez y Vicenta Lorca Romero, que deseaban una educación laica para sus hijos, Federico y Francisco estudian en un centro de enseñanza situado en una casona de la placeta de Castillejos, llamado “Sagrado Corazón de Jesús”, de orientación secular y regido por seglares a pesar de su nombre, el cual estaba además dirigido por Joaquín Alemán Barragán pariente de su madre. Por otra parte, las afortunadas incursiones que Federico realiza en el mundo de la música, en forma de canciones y juegos infantiles populares que tanto le habían fascinado desde niño, fueron debidas en gran parte a los conocimientos adquiridos con D. Antonio Segura Mesa y los maestros organistas de la Catedral. Esta formación musical unida a su gusto por el dibujo de traza fácil, expresivo y un tanto socarrón serían posteriormente un magnífico complemento de su obra.

En 1915 empieza, sin vocación, los estudios de Letras y Derecho en la Universidad de Granada, siendo éste el momento de su fuerte amistad con otros importantes personajes como Antonio Gallego Burín, José Fernández Montesinos, Melchor Fernández Almagro, Manuel Ángeles Ortiz, y tantos más vinculados a su figura. En 1916, en un viaje universitario que realiza con sus compañeros y con su profesor Martín Domínguez Berrueta a Castilla conoce, en una parada efectuada en Baeza, a Antonio Machado, que le influiría decisivamente, siendo muy posiblemente fruto de este viaje y de otro posterior en 1918, la aparición de su primera obra en prosa: Impresiones y Paisajes. También en la Universidad granadina conoce como profesor a Fernando de los Ríos Urruti, nacido en Ronda en 1879 en una familia burguesa y liberal, hombre muy ligado a la Institución Libre de Enseñanza y fundador del Partido Socialista en Granada. Personaje que junto al salmantino Martín Domínguez Berrueta antes mencionado, fuera su maestro más influyente. Entre 1919 y 1928 permanece en la “Residencia Universitaria” –“la Resi” como gustaba llamarla sus inquilinos- de la Institución Libre de Enseñanza, siendo en ella donde conocería a José Moreno Villa, Juan Ramón Jiménez, Dalí, Buñuel, Pepín Bello, Celaya y tantos otros personajes destacados que se influirían recíprocamente.

Lorca conoce a Manuel de Falla en 1920 en la tertulia del Rinconcillo con el que participa casi a diario en esta famosa reunión en la que se ingenia más de un acto cultural. Es con Falla con quien organizaría en 1922 el “Festival de Cante Jondo” en la plaza de los aljibes de la Alhambra que con razón ha pasado a la historia como uno de los más importantes eventos culturales de este siglo celebrados en Granada. Asimismo, en 1923, con motivo de la festividad de Reyes Magos. Lorca preparó con el insigne compositor una serie de piezas de teatro para los niños granadinos.

Con otro personaje importantísimo en la cultura contemporánea de nuestro país, Salvador Dalí, mantuvo Lorca estrecha relación durante los años de estancia en la Residencia de Estudiantes y posteriormente entre 1925 y 1926, organizó una exposición de 24 dibujos de sus dibujos en la Galería Dalmau de Barcelona. Por su hermana, Ana María Dalí, Lorca va a conocer una época de fuerte apasionamiento, para algunos amoroso, que le llevarían a mantener una estrecha relación y una abundante correspondencia y a pasar algunas temporadas con Salvador y Ana María en su villa gerundense de Cadaqués, tan llena de vida y luz para el sentimiento del poeta. Durante la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora en Sevilla, se pone en contacto con el resto de los artistas que iban a integrar la llamada Generación de 1927, algunos muy conocidos para él e íntimos amigos, como Rafael Alberti. Junto a Francisco Ayala, Alvarez de Cienfuegos y Gómez Arboleya, funda en febrero de 1928 la peculiar revista Gallo, de la que sólo saldrían dos números quedando un tercero inédito.

Aconsejado por Fernando de los Ríos, en 1929, debido a una crisis personal que le lleva a buscar nuevos ambientes, emprende un largo viaje a Nueva York donde asiste a clases en la Columbia University. Será durante este viaje, en el que al regreso haga una detenida escala en Cuba, donde escribe uno de sus más importantes poemarios, “Poeta en Nueva York”, que marcará en Federico un estilo que significará casi permanentemente en su obra posterior, al haberse influido durante su estancia en la ciudad de los rascacielos de una fuerte preocupación por las profundas desigualdades sociales observadas entre blancos y negros, equivalentes a las sufridas en España entre payos y gitanos, con sus componentes estéticos y folclóricos: “el negro y el jazz, el gitano y el flamenco”.

A partir de 1932 se agudiza su pasión por el teatro, que le llevarían a realizar su importantísima obra dramática, imbuida en los sentimientos y ambientes populares de nuestra tierra. Fruto de esta pasión es que en 1932, con el patrocinio del Ministerio de Instrucción Pública recorre España con su “teatrico” universitario “la Barraca”. En 1933 dirige la compañía de teatro de Margarita Xirgu en el seno de la cual y en sus actuaciones en Argentina ve triunfar una tras otra sus obras. Tras esta fase de su vida, llevado por una fuerte tendencia creadora, la poesía lírica vuelve a interesarle de manera casi obsesiva, llevándole a trabajar en nuevos libros ya viejos, algunos de los cuales verían la luz entre 1935 y 1936, quedando otros inéditos prácticamente hasta nuestros días.

A partir principalmente de su regreso de Nueva York y con el advenimiento de la República, Lorca inicia una casi constante presencia en todos aquellos manifiestos realizados en pro de una España democrática. Firmará así en 1929 el manifiesto contra el dictador Primo de Rivera; en 1933 firma otro en unión de otros intelectuales contra el nazismo alemán; encabeza en buena medida la protesta de 1934 contra el encarcelamiento de Manuel Azaña por la revolución de Asturias y la proclamación del “Estat Catalá”; en 1935 firma el importantísimo manifiesto antifascista contra la invasión de Etiopía por Mussolini, habiendo sido para muchos esta firma, uno de los peores “cargos” que pesaban sobre él a juicio de sus verdugos; en 1936 lee un manifiesto a favor del Frente Popular, auspiciado por Rafael Alberti y su esposa María Teresa León tras un viaje a América del Sur y a la Unión Soviética; es el momento de la aparición en el diario El Sol de un manifiesto a favor de la “Unión Universal de la Paz”, amenazada por las agresiones nazis y fascista, y es también el momento de tantos y tantos otros actos realizados por un Federico decididamente comprometido con la democracia, la paz y la solidaridad.

A principios del mes de julio Federico se encuentra en compañía de sus padres y su hermana Isabel –ésta en la “Residencia de Señoritas”- en su casa de la calle Alcalá en Madrid. Los padres vuelven a Granada el día 5 con intención de pasar el verano en la huerta de San Vicente. La tarde del día 13 de julio de 1936 pasa la tarde con su amigo Rafael Martínez Nadal, a quién confía el manuscrito de El Publico, siendo éste el último amigo de fuera de Granada –y Antonio Rodríguez Espinosa- que le ve con vida, pues esa noche le acompaña a tomar el tren a la estación de Atocha con destino a Granada en busca de su trágico final. El día 18 de julio del 36 los Lorca celebran el día de San Federico en la huerta de San Vicente, mientras en varios puntos de España tiene lugar la sublevación contra el gobierno legítimo de la República, de modo que pronto, en un par de días, el terror se apodera de las calles de Granada. El clima bélico que vive la ciudad y las amenazas recibidas últimamente por su familia le hacen refugiarse en casa de la familia Rosales Camacho en donde es detenido por orden oficial el día 16 de agosto. A pesar de la intervención de esta familia, muy comprometidos algunos de sus miembros con la causa fascista en la ciudad, y de importantes hombres del momento como Manuel de Falla, Federico García Lorca es conducido del Gobierno Civil de Granada hasta la Colonia de Viznar, siendo fusilado con casi toda probabilidad en el amanecer del 19 de agosto de 1936, según Ian Gibson. Un granadino excelso fue asesinado.

No quiero acabar esta breve biografía de Federico García Lorca sin hacer un reconocimiento y dejar abierto un interrogante. Lorca era en el momento de su muerte un consagrado artista universal, por mucho que pese a algunos que han tratado de argumentar en contrario con el fin de minimizar su muerte, por lo que no cabe justificar que su notoriedad y fama actuales se deban al hecho de haber sido fusilado. Esta es la vil teoría del martirio incomprensible y un flaco favor para la cultura de un pueblo. Y me pregunto ¿si con tan sólo 38 años de vida dejó su singular e importantísimo legado cultural y artístico, universalmente reconocido, donde hubiera llegado si unos asesinos no hubieran acabado con su vida?

Miscelánea de Granada.
Cesar Girón.

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