“A los que buscan la Afrodita de Oro”.

Alquimia.- Ars Magna; Gran Obra; Obra Mística; Vía del Fénix; Vía del Absoluto; Arte Regia.

Presenta varias acepciones etimológicas posibles. Del egipcio “ keme ”: tierra negra. Del griego “ chyma ”; fundir, derretir, o, “ chemei ” (zumos): jugo extraído de una planta. De la voz arabizada “ ul-khemé ” o “ al-kîmía ”.

Ciencia que trata de las fuerzas de la naturaleza y de las diversas condiciones en que aquéllas obran. Sienta como principio la existencia de cierto Disolvente Universal, por cuyo medio todos los cuerpos compuestos se resuelven en la sustancia homogénea de la cual fueron producidos, estancia que recibe el nombre de Oro Puro o Summa Materia. Este Disolvente, llamado también “Menstrum Universale”, tiene la virtud de expeler del cuerpo humano todo germen de enfermedad, de renovar la juventud y prolongar la vida. Tal es el Lapis Philosophorum o Piedra Filosofal.

Se dice que el objeto de la Alquimia es transmutar en Oro puro los metales groseros, pero su significado es puramente psíquico y espiritual; el alquimista concentra todos sus esfuerzos en la transmutación del cuaternario inferior o personalidad del Hombre en la divina Trinidad superior, el verdadero Individuo espiritual. Hace bueno al hombre porque arranca de él sus imperfecciones, tornándole generoso, manso, justo, prudente, recuperando la nobleza original de la condición humana y desvolviéndole a su dignidad primordial.

Se funda en una visión eminentemente cosmológica, representando la etapa del camino que conduce al objetivo central, el arte de trabajar con la naturaleza sobre los cuerpos, para perfeccionarlos. La sublimación en el Hombre operaba a través de siete grados o estadios del proceso alquímico, símbolo del Camino Iniciático, de las tinieblas a la luz tal como del plomo al oro, de la ignorancia a la Sabiduría.

El alquimista debe visitar su alma, penetrar en lo más profundo de sí mismo, realizando una labor oculta y misteriosa, para encontrar la piedra dentro de sí. La Gran Obra es la unión con Dios, el acceso a la inmortalidad, aprendiendo cómo un ser humano desarrolla los poderes divinos.

Las imágenes en Alquimia representan la evolución del ser interior, siendo la materia a trabajar la propia personalidad.

La Alquimia filosófica enseña en su faz inteligente a investigar, no la apariencia de las cosas, sino sus ocultos principios formadores; se habla de la elevación (estado incorpóreo) y de la caída (estado visible) de los elementos y sus compuestos.

Como Arte Regia y Obra práctica, devuelve al hombre los poderes perdidos con la “caída”, creando un “nuevo hombre”, que aunque mortal, tiene la capacidad de ascender a los Cielos y ganar su inmortalidad consciente.

No es la obtención de riquezas lo que motiva al alquimista, aunque hay certeza histórica de la consecución del oro, sino la ayuda que puede prestar a los otros reinos evolutivos de la naturaleza a través de las transmutaciones, sin olvidar la suya propia.

Las fases de la Obra corresponden a las etapas de la Iniciación. Conseguir la Piedra Filosofal es el objeto y fin del alquimista.



PIEDRA FILOSOFAL.- Lapis Philosophorum. Es la Gran Obra de los alquimistas, el objeto que desean alcanzar a toda costa, porque esta sustancia tiene la virtud de transmutar en Oro puro los más viles metales, es panacea y elixir de larga vida sin conferir inmortalidad, cura todas las enfermedades, puede hacer invisible al hombre y le otorga el don de desplazarse a voluntad. Da la felicidad perfecta, la influencia en el Universo y la Comunión con la Causa Primera , con el Absoluto.

Místicamente significa la transmutación de la naturaleza animal o inferior del hombre, en la naturaleza divina y más elevada. Es la culminación de la Obra Secreta en el perfecto hombre espiritual.

La Piedra Filosofal es la materia animada más perfecta, semejante a la Materia Prima de la Creación , cuando el Caos hubo sido animado por el Fuego Divino, la Mente Divina. Una en esencia pero tres en apariencia, es el Agente Universal, el Oculto Disolvente, del Alma del Mundo, el Alma Cósmica. Es la Sabiduría , la Intuición que nos acerca a Dios.

La Piedra está debajo de ti, sobre ti, detrás de ti y antes de ti.

La virtud oculta de nuestra piedra es nuestra alma viscosa (se adhiere a todo), gloriosa y celestial, a la que por medio de nuestro magisterio, se extrae de su yacimiento (el cuerpo del hombre).

La Piedra Filosofal es el objeto de la Iniciación : el Hombre transformado.

Es un cuerpo cristalino, diáfano, del color del rubí, rojo brillante, fluido, limable, amarillo al ser pulverizado, incisivo, ardiente, penetrante, irreductible e incalcinable.

El polvo de proyección de los alquimistas constituye una diastasa metálica mineral, formada por un metaloide unido a un metal, calentados en un vaso cerrado durante un tiempo considerable y a una temperatura regularmente creciente. Ese fermento obra por su presencia, o sea, sin aparecer en el producto final de la reacción sobre el plomo o el mercurio a los que transforma molecularmente en oro.

El polvo de proyección será dorado-rojizo si se transforma en oro o blanco en caso de que se obtenga plata.

El símbolo de la Piedra filosofal es el pelícano.

La obtención de la Piedra Filosofal a partir de la Materia Prima es el magisterio, la Mágnum Opus del alquimista.



MATERIA PRIMA.- Mineral natural que contiene el azufre, el mercurio y la sal de los filósofos (elementos ficticios). En términos herméticos, la Materia Prima es el sujeto sobre el que se realiza la Obra , la ciencia alquímica. De nombre desconocido, contiene en potencia todas las cualidades y propiedades de las cosas elementales, el principio y fin material de todo, la quintaesencia, llamado “pájaro de Hermes”. Es el semen de los cuerpos, el fundamento común de los cuatro elementos, el éter. El alma del mudo en su fondo pasivo, es la sustancia de todas las almas.

La Materia Prima está en todas las cosas y todas las cosas en la Materia Prima. La materia original es similar en todo el Universo. La materia es una.

Se la conoce con infinidad de nombres: germen de todas las cosas, humedad básica, mar, tierra, hyle, virgen, prostituta, piedra oculta, yacimiento de todos los metales, cosa ordinaria, etc.

Contiene los tres elementos (azufre, mercurio y sal), combinados en distintas proporciones, lo que hace que unos cuerpos sean más perfectos que otros. A más azufre más perfectos.

La montaña en que se encuentra la Materia Prima es el cuerpo humano. La piedra oculta está en el hombre.

La materia prima en el estado de materia lejana se denomina mena de los sabios; esta materia lejana o distante es el mineral bruto extraído directamente de la mina, que al ser expuesto a las manipulaciones de la Obra o magisterio, se denomina materia cercana.

El alquimista, trabajando con los tres elementos de la Materia Prima , logra la Piedra Filosofal.


AZUFRE.- Principio masculino, activo, viril y luminoso de la Materia Prima. Símbolo del Espíritu, la Voluntad espiritual, máxima expresión de la Divinidad. Recibe muchos nombres: Rey, macho, león, sapo, Fuego de la naturaleza, grasa del Sol, sol de los cuerpos, barro de la sabiduría, sello de Hermes, estiércol, aceite incombustible, mercurio rojo, etc. Su símbolo es el león. Contiene el conjunto de potencialidades y virtudes máximas.

El azufre “congelado” es el entendimiento, que contiene el oro del Espíritu en potencia. Tiene que diluirse en el mercurio (el alma) para convertirse en el fermento de la vida, capaz de transmutar otros metales.

Es lo espiritual en las cosas. Determina la calcinación en el proceso alquímico.



MERCURIO.- Principio femenino, pasivo y formal de la Materia Prima. Símbolo del alma y sus facultades plásticas. No hay que confundirlo con el mercurio químico, llamado azogue comercial. El mercurio filosófico es una sal extraída de la Materia Prima bajo la acción del fuego secreto.

Denominado Menstruo , lleva en sí el “germen del Sol”; cuando no fluye al exterior se descompone, nutre el germen en el seno materno alquímico, el atanor. Desempeña el papel de elemento disolvente y vivificador. Es la sustancia que fluye en todas las formas psíquicas y del pensamiento; el conjunto de nuestras funciones psicovitales, emociones, pasiones, sentimientos, vitalidad. Es lo animado. Su símbolo es, en estado puro, el unicornio.


SAL.- Eslabón de unión entre el azufre y el mercurio. Es la Materia. Denominada humedad radical, menstruación, cuerpos en potencia, Reina, hembra serpiente, Agua celeste, espuma de la Luna , clave, Agua de hielo, mercurio blanco, lluvia de los filósofos, fuente, cera donde se imprime el sello de Hermes, baño del Rey, baño de los cuerpos, jabón, vinagre muy agrio, etc.

La sal aparece en tres formas: rutilante, blanca y roja.



ALKAEST.- Disolvente Universal, el Yo Superior, elemento que disuelve todos los metales y por el cual todos los cuerpos pueden ser reducidos a su ser primitivo o materia original de que están formados. Es una potencia que obra en las almas de todas las cosas, capaz de cambiar la polaridad de las moléculas y por consiguiente disolverlas. En su aspecto elevado es el mágico poder de la voluntad; en su aspecto bajo es el fluido invisible que puede disolver todos los cuerpos. Es la sustancia primordial o aguas primordiales. Sirve para las tres partes del magisterio como disolvente.



ORO.- Símbolo del Sol. Representa el alma en su estado original que sin trabas ni nubes podría reflejar el Espíritu divino de acuerdo con su propio ser. Es lo puramente espiritual.

Oro común: Metal comercial.

Oro potable: medicamento descubierto por Paracelso, es oro alquímico disuelto que permite al que lo absorbe prolongar su existencia.

Llamado también Medicina Universal o Panacea, es la Piedra Filosofal diluida. Cuando se suspenden las operaciones de la obra al llegar al color blanco, se obtienen medicinas de orden inferior.

Oro alquímico: Producto terminado de la obra alquímica.


PLOMO.- Símbolo del caos del alma. Es el alma en su estado enfermo, empapado y muerto, que ya no puede reflejar el Espíritu.

La esencia del plomo es el oro.



ELEMENTOS


Partes constituyentes de la materia o sal. Estados de la materia.

Tierra: Elemento etero-físico , visible. Materia densa.

Agua: Elemento pránico , de la vitalidad o energético.

Aire: Elemento astral, de los deseos o de las sensaciones. La psique.

Fuego: Elemento mental , mente que apoya a los otros elementos, mente concreta o egoísta. Razón y pensamiento.

Síntesis de todos los elementos o sello de Salomón.



“Deja el mundo y sus cosas”.



GRAN OBRA

Expresión que designa el objetivo final de las operaciones alquímicas cuya primera etapa es la obtención de la Piedra Filosofal. También se le conoce con el nombre de Magisterio .



REALIZACIÓN DE LA GRAN OBRA

Obra Menor o pequeño magisterio, obra ascendente. Llamada también Argiropella , obtiene la piedra al blanco, que cambia los metales imperfectos en plata.

Obra Mayor, o gran magisterio, obra descendente: Llamada también Crisopeya , obtiene la piedra al rojo, que cambia los metales imperfectos en oro. El camino es idéntico para ambos, hasta la obtención de la piedra blanca.

Vía seca: Llamada también vía regia o breve, porque permite realizar la obra en tan sólo cuatro días. Esta vía se realiza en el crisol y está reservada a un reducido número de elegidos, siguiendo siete fases: reparación, calcinación, sublimación, disolución, destilación, coagulación y cocción. Esta vía es directa y muy peligrosa.

Vía húmeda: Llamada también vía larga. Realiza la obra en la retorta durante cuarenta días, siendo sus pasos los siguientes:

Preliminares: El laboratorio debe ser construido por el propio alquimista. Elección de lugar adecuado, fundamentalmente secreto y solitario. Comienzo de la obra en fechas estacionales, habitualmente primavera. Asistencia obligada del “fuego secreto” que desciende del cielo. El alquimista debe tener virtudes: sano, humilde, paciente, casto, sabio, inteligente. Debe orar y meditar.



Las operaciones del magisterio tienen relación con los planetas:

Mercurio: verde, azogue.

Júpiter: negro-blanco, estaño.

Saturo: negro, plomo.

Luna: blanco, plata.

Venus: verde, azul, rojo lívido, rojo oscuro, cobre.

Marte: amarillo anaranjado, hierro.

Sol: rojo perfecto, oro.

Ciclo: hierro-cobre-plomo-estaño-mercurio-plata-oro.



PREPARACIÓN DE LA MATERIA



Esta se encuentra en situación de tierra caótica, extendida por toda la naturaleza. Es secreta pero también común, conocida por todos. Es cierta humedad rica en Fluido universal que se obtiene calentando cierta agua (rocío de la mañana) que al evaporarse deja un material denominado materia lejana o mena de los sabios. El calentamiento se realiza mediante el fuego secreto, que es una sal doble de potasa, nitrato y tartrato, obtenida mediante una hábil manipulación alquímica partiendo del salitre y crémor tártaro y sometiéndolos a la acción del nitro sutil extraído de los oligoelementos del rocío.

La materia lejana obtenida hay que transformarla en materia cercana o próxima de la siguiente forma:

Primera etapa: Separar el azufre de la materia lejana. Es separar el Espíritu de la materia. Se usa el antimonio.

Segunda etapa: Separar el mercurio de la materia lejana. Es separar el alma de la materia. Se usa el plomo.

Tercera etapa: Una vez individualizados y separados de la materia lejana, el azufre y el mercurio se mezclaban en el huevo filosófico, llamado también “casa del polluelo”, produciéndose lo que se conoce como matrimonio filosófico o alquímico, representados por un Rey vestido de rojo y una Reina vestida de blanco. Esta unión conduce a la obtención de la materia rebis (cosa de dos), un hermafrodita o cuerpo con dos cabezas (hermafrodita alquímico), un ser muerto para el mundo, un Iniciado, el dos veces nacido al recobrar la conciencia de la unión entre el Espíritu y el alma manifestándose en la tierra. Al buscar la materia cercana se procuraba la reducción de las substancias al estado precosmológico. No se podía obtener la transmutación a partir de las formas gastadas por el tiempo. Había que disolver estas formas.





COCCIÓN DE LA MATERIA EN EL HUEVO FILOSÓFICO



La materia rebis (cosa de dos) obtenida en el huevo filosófico, se introducía en el atanor, palabra derivada del árabe “ attanúr ” (horno) y que designa el horno donde los alquimistas preparaban su elixir. Se le representa como una torreta rematada por una cúpula. Dentro del atanor se encontraba el recipiente de vidrio, o huevo filosófico o huevo hermético, envuelto en una capa de arena o ceniza que era calentada por el fuego desde abajo. El verdadero atanor, el utilizado para la obra mayor, es el cuerpo humano, una imagen simplificada del cosmos.

Una vez la materia rebis en el atanor, se cerraba herméticamente con el sello de Hermes, denominado entonces prisión, cámara nupcial o sepulcro. Allí estaban cerrados los esposos filosóficos. El fuego que lo calienta no debe apagarse hasta el término de la obra.

Durante esta fase se producen diferentes fenómenos, llamados “operaciones” durante las cuales, la materia va a tomar diversos colores siguiendo el orden y procesos siguientes:

• Obra al negro: Ennegrecimiento, (melanosis, nígredo ). Melancolía saturnina. Calcinación (reducción a cenizas exentas de humedad). Destrucción y putrefacción de los elementos materiales. Es la muerte para el mundo.

Se extrae la conciencia de los sentidos. Se abandona todo lo corruptible, incluso el alma inmersa en el mundo sensorial. Es la anulación del cuerpo y el renacer del Espíritu.

Esta obra al negro se simboliza por un cuervo negro, un sepulcro, una calavera, un cadáver, un esqueleto.

Rige el planeta Saturno. Es la noche oscura del alma, desciende el hombre al abismo, midiendo su indignidad.



• Obra al blanco: Blanqueo, (leucosis, albedo ). Purificación, sublimación. El alma es elevada de las escorias materiales y aparece pura. Es una resurrección con la aparición de ciertos estados de conciencia. El alma se “alimenta de leche”, como un niño que debe resurgir espiritualmente.

La fuerza espiritual ha salido del cuerpo, de la tierra, pasando a los elementos agua y aire. Rige el planeta Júpiter. Esta obra se representa simbólicamente por un cisne.

Las obras negra y blanca se conocen con los términos Solvet et Coagula , que resumen las manipulaciones del magisterio durante las dos primeras obras, en las que se disuelven los cuerpos y se coagulan los espíritus volátiles.

Solvet : Destruye y repara los elementos constitutivos, depurando los dos cuerpos (azufre y mercurio de los filósofos) en vasija cerrada.

Coagula : Síntesis de reconstrucción. Una vez dupurados los cuerpos impuros, se desecan y reconstituyen los cuerpos disueltos mediante el fuego secreto en vasija abierta.

En resumen, se disuelven las concreciones imperfectas del alma, se reducen a su materia y se las hace cristalizar de nuevo en una forma más noble.



• Obra al rojo: Enrojecimiento, rubificación (iosis, rubedo ). Es el esplendor del Espíritu simbolizado por un Rey que surge del huevo filosófico rodeado de rayos luminosos, coronado y con un manto rojo (el manto de los Reyes). En ciertas catedrales se representaba por una mujer que porta una bandera dividida en tres partes.

La obtención del color rojo iba precedida de estados intermedios, los colores del arco iris, hasta la obtención de los colores principales.



PREPARACIÓN DE LA PIEDRA

Se rompe el huevo filosófico y se recoge la materia roja, obteniéndose la piedra filosofal, roja y perfecta, condensación del principio y fin de todas las cosas ( azoth ). Antes de ser utilizada, debía sufrir aún otra preparación designada con el nombre de fermentación, en el que la masa roja era mezclada con oro fundido, y tras un determinado tratamiento, aumentaba en cantidad y calidad de manera indefinida.



MITO ALQUÍMICO DEL REY SOL

Rey que hubo de morir y ser enterrado para renacer luego a la vida y alcanzar toda su gloria, pasando a través de siete dominaciones. El Sol es en el hombre la chispa divina que, aparentemente, muere cuando el alma penetra en la mansión de Saturno (la materia). Después de esta muerte, renace y tras ascender por las siete etapas del conocimiento, se convierte en el “León Rojo”, el elixir que todo lo transmuta.



“ERES PLOMO SIENDO ORO”



Javier Pérez de la Cruz



CATALOGO BIBLIOGRAFICO:





Alquimistas famosos:



Estéfano o Eneas de Gaza, Geber, Razer, Avicena, Miguel Scoto, San Alberto Magno, Tomás de Aquino, Roger Bacon, Arnaldo de Vilanova, Raimundo Lulio, Petrus Bonus, Juan de Roquetaillade, Martín Ortholain, John Cremer, Abate Westminster, Nicolás Flamel, Juan de la Fontaine , Isaac el Holandés, Bernardo de Treviso, Eck de Sulzbach, George Ripley, Thomas Norton, Basilio Valentín, Jorge Agrícola, Marsilio Ficino, Nicolás de Cusa, Pico Della Mirándola, Paracelso, Cornelio Agripa, F. Vigenaire, Samuel Norton, John Dee, Edgard Kelley, Salomón Trismosin, Abate Tritemus, Alejandro Sethon, Sendivogius, Van Helmont, Míale Maier, Roberto Fludd, Helvetius, E. Ashmole, Irineo Filaleteo, Thomas Vaughan, Pernety, Saint-Germaine, Cagliostro.



Obras importantes en Alquimia:



Rosario de los filósofos (Arnaldo de Vilanova), Doce Claves (Basilio Valentín), Amphitheatrum Sapiential alternae (M. Khurath), Mutus Liber, Figuras de Abraham el judío (Nicolás Flamel), Rosarius Magus, Summa perfectiris magisterio (Geber), De Secretis (M. Scoto), Turba Philosophorum, Taula Esmeraldina, Roman de la Rose (Guillermo de Loris y Jean de Meung), De Re Metalica (Jorge Agrícola), Crisopea (J. Augurelli), Arcanum hermeticae philosophiae (D. Espagnet), Bodas Químicas (V. Andreae), El compuesto de los compuestos (San Alberto Magno), El espejo de la alquimia (Roger Bacon), El camino del camino (Arnaldo de Vilanova), La Clavícula (Raimundo Lulio), El tesoro de los alquimistas (Paracelso), Carta filosófica (Sendivogius), El sueño verde y la palabra abandonada (Bernard Trevigano), Puerta abierta al palacio cerrado del Rey (Ireneo Filaleteo), Canciones intelectuales sobre la resurrección del Fénix (M. Maier), Doce puertas (George Ripley), Libro de la misericordia (Geber), Libro del Hornillo (Geber), El libro secreto (Artemio).

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